06-29-2005, 02:12 PM
El término masturbación proviene del latín “Manus stuprare” que quiere decir algo así como “cometer estupro con la propia mano”. Vemos que ya desde su etimología el término (y por lo tanto su práctica) tiene una connotación negativa. ¿Por qué será esto? Fundamentalmente porque nuestra sociedad occidental moralista, altamente influenciada por los dogmas del catolicismo, condena toda manifestación del sexo que no conduzca a la reproducción. Y claro está que la masturbación es una de ellas, como lo es el sexo oral, el sexo anal, la homosexualidad, el sexo durante el embarazo.
Por eso existen mitos y falacias al respecto, que en algunas épocas incluso estuvieron avalados por científicos ligados a la ideología dominante, y aún hoy tienen su influencia en el imaginario sexual. Aquí tenemos algunos ejemplos.
La masturbación es perjudicial para la salud
Existen al respecto mitos específicos, que hablan de alteraciones tales como impotencia, esterilidad, defectos físicos, somnolencia, pérdida de peso, etc. Nada de esto es cierto. La masturbación sólo es perjudicial cuando es compulsiva, es decir cuando la persona no controla sus actos masturbatorios, alterando su vida afectiva, laboral y social.
La masturbación quita energías a la persona y no es recomendable antes de actividades físicas o competitivas
El desgaste calórico de una eyaculación es de 34 calorías, y el de una relación sexual aproximadamente 100 calorías por hora. Lo que ocurre es que luego de un orgasmo, surge un estado de relajación tan profundo, que se confunde con cansancio. Masters y Johnson, padres de la sexología, decían “Tener relaciones sexuales antes de una actividad deportiva es bueno, siempre y cuando una persona deje pasar por lo menos...cinco minutos...”.
La masturbación es sólo para varones adolescentes, no para las mujeres, personas casadas o adultas
La masturbación es un acto que no se reduce a un grupo limitado de personas. Es característico de varones mujeres, adolescentes, niños, adultos, casados, solteros, etc. Cada persona elige su manera de buscar gratificación sexual.
En todo caso podemos decir que la masturbación es una práctica sexual de alta frecuencia entre los varones y mujeres adolescentes, pero no solamente en esa etapa de la vida: es habitual y saludable en todas las edades.
En resumidas cuentas, la masturbación no daña ni es una práctica que se acota a determinadas edades o estados civiles. Es más, desde la mirada sexológica la masturbación es sana. Y lo es porque le permite a la persona conocer su respuesta sexual, identificar sensaciones y maneras de provocarlas, logrando así una vida sexual plena.
Para reforzar la idea positiva de la masturbación, es pertinente destacar que algunos trastornos sexuales se originan en la ausencia de experiencias masturbatorias (con el consecuente desconocimiento del propio cuerpo) o en experiencias masturbatorias inadecuadas producto de sentimientos de culpa, vergüenza o mala información. Esto ocurre con trastornos del orgasmo tales como la anorgasmia, retardo orgásmico o preorgasmia en la mujer, y la eyaculación precoz, eyaculación retardada y aneyaculación en el varón.
Para ser más específico, estudiando trastornos sexuales como eyaculación precoz en el varón, o retardo orgásmico en la mujer, se encuentra en la historia de los pacientes que han tenido una experiencia negativa con la masturbación. ¿A qué le llamamos “experiencia negativa”? En el caso de los varones con eyaculación precoz masturbaciones muy rápidas, compulsivas, experimentadas solamente como descarga, culpógenas, que fueron generando un hábito de eyacular rápido que luego no se pudo revertir. En el caso de las mujeres con anorgasmia, preorgasmia o con retardo orgásmico, lo que hallamos es que la gran mayoría de ellas nunca se habían masturbado o lo hicieron con una frecuencia muy baja y de manera insatisfactoria, sin disfrutarlo. Por lo tanto no se pudieron conocer a sí mismas, no pudieron acceder a sus puntos sensibles y por lo tanto a las sensaciones que les permitieran llegar al orgasmo. Y obviamente si ellas no se conocen, tampoco pueden transmitirle a su pareja lo que necesitan para llegar a esa respuesta. Esa es una de las causas fundamentales de su disfunción sexual. Como vemos gran parte de los problemas sexuales son producto de un mal aprendizaje. Y la masturbación podemos decir que (desde un aspecto) es a la sexualidad lo mismo que el simulador de vuelo para el piloto de avión: el escenario básico del ensayo de la respuesta y la gratificación sexuales.
Por otro lado, la masturbación no es un acto practicado solamente por “descarte” ante la ausencia de oportunidades de relaciones sexuales. Es una manera diferente de vivir la sexualidad, en la cual está uno con sus fantasías y dedicándose solamente al goce individual, lo cual tiene sus ventajas. No es mejor ni peor, superior ni inferior a la sexualidad compartida. Simplemente otra expresión de las tantas que nuestra sexualidad nos permite. ¿Por qué tienen que ser las cosas de una sola manera?
Ahora te propongo una manera de comenzar a relacionarte con vos mismo/a de otra forma.
Exploración genital
Realizá una detallada y completa exploración de tus genitales, parte por parte. Tomate el tiempo que sea necesario y asegurate de que nadie te vaya a interrumpir. En el caso de las mujeres, puede ser mejor utilizar un espejo de mano que puedas mover a voluntad para mirar desde distintos planos.
Es bueno utilizar alguna crema o aceite cosmético para facilitar el deslizamiento de la mano.
Una vez que identifiques con claridad cada una de las partes de tu anatomía genital, vas a estimularlas una por una y con diferentes tipos de caricias para darte cuenta de cuales son tus partes más sensibles y las mejores maneras de estimularlas.
¿Cuáles son los objetivos de esta exploración genital?
Mejorar el reconocimiento de tus sensaciones genitales, conocer diferentes formas de estimular tus zonas erógenas genitales y prepararte para compartir estos hallazgos en pareja.
Ejercicio de control eyaculatorio para varones
Tendrás que tomarte un rato, aproximadamente treinta minutos, en un momento y un lugar tranquilos, donde sepas que nadie te va a molestar.
Tratá de pensar en algunas imágenes que te resulten excitantes, o inclusive podés utilizar estimulación visual (revistas, videos, etc.). Tené en cuenta que este ejercicio es útil en la medida en que lo hagas excitado.
Comenzá a estimularte el pene como para lograr una erección, y una vez alcanzada acariciate de la manera en que sabés que te conduce a la eyaculación (en general es tomándose el pene con la mano cerrada y moviendo de arriba hacia abajo y viceversa).
Hacelo muy lento al principio, concentrate en tus sensaciones y registrá el grado de excitación que experimentás a medida que (gradualmente) vas subiendo el ritmo. Vamos a suponer que Grado 1 es cuando recién comienza la estimulación y la excitación es muy baja, y Grado 10 es el orgasmo. ¿En que grado estás a medida que la estimulación aumenta y el tiempo transcurre?
Tratá de no apresurarte, de variar los niveles de excitación subiendo y bajando los ritmos, y cuando sientas las señales corporales (como un cosquilleo en el Glande) que te avisan que estás por eyacular detenete un minuto o dos.
Luego repetí lo mismo dos veces más, y al final si lo deseás podés eyacular.
¿Cuáles son los objetivos de este ejercicio?
Aprender a regular tu excitación sexual., conocer los diferentes ritmos y tipos de estimulación genital y el grado de excitación que te provocan (mejorando el registro de las sensaciones genitales) y prolongar los tiempos fisiológicos de la eyaculación, modificando el reflejo eyaculatorio rápido.
Para terminar, una sesión de caricias compartidas
La propuesta es investigar los genitales de tu pareja como aquel viejo juego del “doctor”. Es recomendable utilizar crema o aceite para el cuerpo, así la mano se desliza con mayor facilidad y el contacto es más placentero.
El que da el masaje no debe dejar sin tocar ni un centímetro de la anatomía genital de su pareja, y la otra parte es interesante que registre cuales son las sensaciones más placenteras y las menos placenteras que recibe. Cada parte tiene un nombre, y si no lo conocés podés leer cualquier libro de sexualidad masculina o femenina.
El masaje se hace por turnos con los roles diferenciados (el que da y el que recibe), lo cual facilita la concentración en lo que cada uno hace. Hay que hacerlo despacio y concentrado, comunicándose con la pareja acerca de las zonas preferidas y las menos agradables.
El ejercicio puede terminar con un buen orgasmo manual o incluso oral.
Por eso existen mitos y falacias al respecto, que en algunas épocas incluso estuvieron avalados por científicos ligados a la ideología dominante, y aún hoy tienen su influencia en el imaginario sexual. Aquí tenemos algunos ejemplos.
La masturbación es perjudicial para la salud
Existen al respecto mitos específicos, que hablan de alteraciones tales como impotencia, esterilidad, defectos físicos, somnolencia, pérdida de peso, etc. Nada de esto es cierto. La masturbación sólo es perjudicial cuando es compulsiva, es decir cuando la persona no controla sus actos masturbatorios, alterando su vida afectiva, laboral y social.
La masturbación quita energías a la persona y no es recomendable antes de actividades físicas o competitivas
El desgaste calórico de una eyaculación es de 34 calorías, y el de una relación sexual aproximadamente 100 calorías por hora. Lo que ocurre es que luego de un orgasmo, surge un estado de relajación tan profundo, que se confunde con cansancio. Masters y Johnson, padres de la sexología, decían “Tener relaciones sexuales antes de una actividad deportiva es bueno, siempre y cuando una persona deje pasar por lo menos...cinco minutos...”.
La masturbación es sólo para varones adolescentes, no para las mujeres, personas casadas o adultas
La masturbación es un acto que no se reduce a un grupo limitado de personas. Es característico de varones mujeres, adolescentes, niños, adultos, casados, solteros, etc. Cada persona elige su manera de buscar gratificación sexual.
En todo caso podemos decir que la masturbación es una práctica sexual de alta frecuencia entre los varones y mujeres adolescentes, pero no solamente en esa etapa de la vida: es habitual y saludable en todas las edades.
En resumidas cuentas, la masturbación no daña ni es una práctica que se acota a determinadas edades o estados civiles. Es más, desde la mirada sexológica la masturbación es sana. Y lo es porque le permite a la persona conocer su respuesta sexual, identificar sensaciones y maneras de provocarlas, logrando así una vida sexual plena.
Para reforzar la idea positiva de la masturbación, es pertinente destacar que algunos trastornos sexuales se originan en la ausencia de experiencias masturbatorias (con el consecuente desconocimiento del propio cuerpo) o en experiencias masturbatorias inadecuadas producto de sentimientos de culpa, vergüenza o mala información. Esto ocurre con trastornos del orgasmo tales como la anorgasmia, retardo orgásmico o preorgasmia en la mujer, y la eyaculación precoz, eyaculación retardada y aneyaculación en el varón.
Para ser más específico, estudiando trastornos sexuales como eyaculación precoz en el varón, o retardo orgásmico en la mujer, se encuentra en la historia de los pacientes que han tenido una experiencia negativa con la masturbación. ¿A qué le llamamos “experiencia negativa”? En el caso de los varones con eyaculación precoz masturbaciones muy rápidas, compulsivas, experimentadas solamente como descarga, culpógenas, que fueron generando un hábito de eyacular rápido que luego no se pudo revertir. En el caso de las mujeres con anorgasmia, preorgasmia o con retardo orgásmico, lo que hallamos es que la gran mayoría de ellas nunca se habían masturbado o lo hicieron con una frecuencia muy baja y de manera insatisfactoria, sin disfrutarlo. Por lo tanto no se pudieron conocer a sí mismas, no pudieron acceder a sus puntos sensibles y por lo tanto a las sensaciones que les permitieran llegar al orgasmo. Y obviamente si ellas no se conocen, tampoco pueden transmitirle a su pareja lo que necesitan para llegar a esa respuesta. Esa es una de las causas fundamentales de su disfunción sexual. Como vemos gran parte de los problemas sexuales son producto de un mal aprendizaje. Y la masturbación podemos decir que (desde un aspecto) es a la sexualidad lo mismo que el simulador de vuelo para el piloto de avión: el escenario básico del ensayo de la respuesta y la gratificación sexuales.
Por otro lado, la masturbación no es un acto practicado solamente por “descarte” ante la ausencia de oportunidades de relaciones sexuales. Es una manera diferente de vivir la sexualidad, en la cual está uno con sus fantasías y dedicándose solamente al goce individual, lo cual tiene sus ventajas. No es mejor ni peor, superior ni inferior a la sexualidad compartida. Simplemente otra expresión de las tantas que nuestra sexualidad nos permite. ¿Por qué tienen que ser las cosas de una sola manera?
Ahora te propongo una manera de comenzar a relacionarte con vos mismo/a de otra forma.
Exploración genital
Realizá una detallada y completa exploración de tus genitales, parte por parte. Tomate el tiempo que sea necesario y asegurate de que nadie te vaya a interrumpir. En el caso de las mujeres, puede ser mejor utilizar un espejo de mano que puedas mover a voluntad para mirar desde distintos planos.
Es bueno utilizar alguna crema o aceite cosmético para facilitar el deslizamiento de la mano.
Una vez que identifiques con claridad cada una de las partes de tu anatomía genital, vas a estimularlas una por una y con diferentes tipos de caricias para darte cuenta de cuales son tus partes más sensibles y las mejores maneras de estimularlas.
¿Cuáles son los objetivos de esta exploración genital?
Mejorar el reconocimiento de tus sensaciones genitales, conocer diferentes formas de estimular tus zonas erógenas genitales y prepararte para compartir estos hallazgos en pareja.
Ejercicio de control eyaculatorio para varones
Tendrás que tomarte un rato, aproximadamente treinta minutos, en un momento y un lugar tranquilos, donde sepas que nadie te va a molestar.
Tratá de pensar en algunas imágenes que te resulten excitantes, o inclusive podés utilizar estimulación visual (revistas, videos, etc.). Tené en cuenta que este ejercicio es útil en la medida en que lo hagas excitado.
Comenzá a estimularte el pene como para lograr una erección, y una vez alcanzada acariciate de la manera en que sabés que te conduce a la eyaculación (en general es tomándose el pene con la mano cerrada y moviendo de arriba hacia abajo y viceversa).
Hacelo muy lento al principio, concentrate en tus sensaciones y registrá el grado de excitación que experimentás a medida que (gradualmente) vas subiendo el ritmo. Vamos a suponer que Grado 1 es cuando recién comienza la estimulación y la excitación es muy baja, y Grado 10 es el orgasmo. ¿En que grado estás a medida que la estimulación aumenta y el tiempo transcurre?
Tratá de no apresurarte, de variar los niveles de excitación subiendo y bajando los ritmos, y cuando sientas las señales corporales (como un cosquilleo en el Glande) que te avisan que estás por eyacular detenete un minuto o dos.
Luego repetí lo mismo dos veces más, y al final si lo deseás podés eyacular.
¿Cuáles son los objetivos de este ejercicio?
Aprender a regular tu excitación sexual., conocer los diferentes ritmos y tipos de estimulación genital y el grado de excitación que te provocan (mejorando el registro de las sensaciones genitales) y prolongar los tiempos fisiológicos de la eyaculación, modificando el reflejo eyaculatorio rápido.
Para terminar, una sesión de caricias compartidas
La propuesta es investigar los genitales de tu pareja como aquel viejo juego del “doctor”. Es recomendable utilizar crema o aceite para el cuerpo, así la mano se desliza con mayor facilidad y el contacto es más placentero.
El que da el masaje no debe dejar sin tocar ni un centímetro de la anatomía genital de su pareja, y la otra parte es interesante que registre cuales son las sensaciones más placenteras y las menos placenteras que recibe. Cada parte tiene un nombre, y si no lo conocés podés leer cualquier libro de sexualidad masculina o femenina.
El masaje se hace por turnos con los roles diferenciados (el que da y el que recibe), lo cual facilita la concentración en lo que cada uno hace. Hay que hacerlo despacio y concentrado, comunicándose con la pareja acerca de las zonas preferidas y las menos agradables.
El ejercicio puede terminar con un buen orgasmo manual o incluso oral.
Tengo Ganas de ti, de tu aroma y de tu ser,
de tu sabor y de tu piel,
de sentirte y hacer,
aquello a lo que tu llamas placer.
de tu sabor y de tu piel,
de sentirte y hacer,
aquello a lo que tu llamas placer.